La Navidad es un periodo de felicidad y celebración, pero puede entrañar ciertos peligros para nuestras mascotas si no tomamos algunas precauciones.
Las luces, los adornos, las comidas, el árbol y ciertas plantas pueden ser algunos de los causantes de problemas, pero no es cuestión de eliminarlos de nuestras casas, solo estar atentos cuando preparemos nuestras fiestas y tener en cuenta a nuestras mascotas.
Las bolas, el espumillón y otros adornos son muy atractivos por su forma y sus colores llamativos y materiales brillantes; los perros, especialmente si son cachorros, y los gatos los ven como una maravillosa fuente de diversión, pero pueden tener riesgos para ellos como cortes, atragantamientos si los ingieren o incluso obstrucciones.
Las luces, si las muerden, pueden provocar graves quemaduras o incluso electrocución, y tienen un potencial riesgo de incendio, por lo que lo mejor es que las pongamos donde no estén a su alcance o protegidas por regletas.
El abeto debemos sujetarlo firmemente para evitar que se caiga encima de nuestra mascota si intenta coger los adornos; además, las hojas son especialmente peligrosas si las ingieren ya que pueden perforar el intestino.
Especial cuidado debemos prestar a que no muerdan las plantas típicas de la época como la Flor de Pascual (Poinsettia) que puede irritar la boca y el esófago del animal y provocar náuseas, vómitos y diarrea. El muérdago, además, puede producir hipotensión y convulsiones.
Atención a lo que comen los animales durante estos días, no conviene que compartan nuestra comida porque para ellos no es saludable y es conveniente que se lo digamos a nuestros invitados y que no dejemos restos a su alcance. La carne y los huesos de cordero son indigestos para los perros, los dulces en general no son convenientes y el chocolate en particular es tóxico para perros y gatos. Las uvas y las pasas pueden provoca vómitos y diarrea e incluso insuficiencia renal, sobre todo en perros. Y, por supuesto, nada de alcohol, hay que prestar mucha atención para que los restos que quedan en las copas no estén a su alcance.
El ruido es otra de los elementos navideños que puede estresar a nuestras mascotas: petardos, cohetes, gritos y risas fuertes; lo ideal es preparar un espacio aislado para ellos donde puedan estar tranquilos y relajados.
Además de procurar no poner objetos potencialmente dañinos a su alcance, podemos educarlos para que convivan con ellos y disfruten con nosotros de la fiesta; es buena idea acudir a un centro de adiestramiento para que aprendan a evitar situaciones peligrosas y a disfrutar con nosotros sin estrés.
Y, ante cualquier duda, llámanos, estaremos encantados de ayudarte.
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